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Que Es El Discernimiento De Espiritu Segun La Biblia?

Que Es El Discernimiento De Espiritu Segun La Biblia
DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS Significado Bíblico ¿Qué Es DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS En La Biblia? Uno de los dones del Espíritu (1Co 12:10). Al parecer, se refiere a la capacidad dada por Dios para entender si un mensaje profético vino del Espíritu de Dios o de otra fuente opuesta a Dios.

¿Qué es el discernimiento de Espíritu según la Biblia?

Quiere decir ‘La facultad de comprender o saber algo por el poder del Espíritu y comprende la habilidad de percibir el verdadero carácter de las personas y el origen y significado de las manifestaciones espirituales’ (Guía para el Estudio de las Escrituras, ‘ Discernimiento, don de’, scriptures.lds.org).

¿Qué es discernimiento Espíritu?

Dones del Espíritu Santo: El don del discernimiento El don del discernimiento de espíritus es una gracia que proviene de la presencia del Espíritu Santo en nosotros, de nuestra unidad con Él, de nuestra intimidad con Él en la oración. Así como nos da palabras de sabiduría, ciencia, cura etc., también nos da el discernimiento de espíritus; don espiritual que nos permite distinguir, examinar en otras personas y en la comunidad lo qué es de Dios, lo qué es de la naturaleza o lo qué es del mal.

  1. Este don nos permite identificar qué espíritu está impulsando o influenciando una acción, una situación, un deseo, una decisión que tomar, algo que nos dicen u ofrecen.
  2. Como todo don espiritual, Él está en interacción con otros carismas, y es necesario para nuestra vida cotidiana, nuestra vida de oración y nuestro apostolado.

En Génesis 3: 1-7, Eva no percibió que quien le hablaba era el maligno, porque no se detuvo a distinguir la voz que le habló y si era de Dios. Engañada por el enemigo, cometió el pecado original de toda la humanidad. Dios respeta nuestra libertad, y así respetó la libertad de Eva de desobedecer y pecar.

Debe haber sido un gran dolor para Dios ver a Eva ser engañada. Tres grandes enemigos del alma San Juan de la Cruz nos enseña que nuestras almas tienen tres grandes enemigos: el mundo, el demonio y nuestra carne; enemigos que nos hacen la guerra, obstaculizan el camino que nuestra alma desea recorrer hacia Dios.

Por lo tanto, es necesario ejercer el don del discernimiento de espíritus, uno de los canales que Dios usa para ayudarnos a vencer a estos grandes enemigos, que intentan confundirnos mientras intentamos conocer y vivir la voluntad de Dios. Es necesario orar y tener una vida de alabanza y unidad con la Palabra de Dios y los sacramentos de la Iglesia.

De esta manera nos tornamos personas profundamente unidas y dóciles a las mociones del Espíritu para que no seamos engañados. Jesús nos enseñó: “Vigilen y oren para que no caigan en la tentación”. Este estado de alerta, confiando en la misericordia de Dios, nos viene de la alabanza constante, de la oración diaria, del estudio de la Palabra de Dios, nos viene de la obediencia a la Iglesia, la asistencia a los sacramentos y la amistad con la Virgen María.

Estando siempre alertas, sabremos si algo proviene de la voluntad de Dios, del enemigo o de nuestra carne. Don de Discernimiento de Espíritus en el Nuevo Testamento – Mt 16.16 – “¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Vivo!” Jesús glorificó al Padre, porque discernió que quien le había revelado a Pedro quien él era, fue el Padre.

Jesús concluyó que la respuesta no había venido de la humanidad de Pedro, porque “sin gracia” nadie podría decir que Él (Jesús) era el Mesías. – Mt 16:22 – “¡Dios no lo quiera, Señor! Esto no te va a pasar. La falta de fe, el deseo de agradar el miedo, dieron entrada a Satanás en el pensamiento y el sentimiento de Pedro.

Jesús discernió que lo que Pedro dijo vino del maligno. – Lucas 4: 1-13 – Jesús discernió que las sugestiones que le vinieron en la tentación del desierto no vinieron de Dios, sino que del maligno para estropear el plan del Padre. El Espíritu Santo unge a los bautizados con la misma unción espiritual de Jesús Mediante el bautismo, todos los hombres son regenerados para la vida de los hijos de Dios, unidos a Jesucristo y a su cuerpo que es la Iglesia, y son ungidos por el Espíritu Santo, convirtiéndose en templos espirituales (C.L.10).

  • Fue en un solo Espíritu que todos fuimos bautizados para formar un sólo cuerpo” (1 Corintios 12:13).
  • Por lo tanto, todos los bautizados viven la “unidad misteriosa con Jesús entre sí” (cf.
  • Jn.17, 21), todos somos ramas de una vid, Jesucristo.
  • Además de disfrutar el bautismo de la unidad con Cristo y los hermanos, nos tornamos en “piedras vivas” edificados sobre Cristo, la ‘piedra angular’, destinada a la construcción de un edificio espiritual (1 Pedro 2: 4 y siguientes).

El Espíritu Santo luego unge a los bautizados y con esta unción espiritual es posible repetir y asumir por sí mismo las palabras de Jesús: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por eso me ha ungido; me ha enviado a anunciar a los cautivos la redención, a los ciegos la restauración de la vista, a liberar a los cautivos, para publicar el año de gracia del Señor.” (Lc.4, 18-19).

  1. La efusión bautismal y crismal torna al bautizado participante el triple oficio sacerdotal, profético y real de Jesucristo como miembros de la Iglesia (C.L.13s).
  2. Esto nos asegura que los bautizados están configurados en Jesucristo (Fil 3:21) de una manera total, incluso en todas sus actividades (cf.
  3. Rom.12: 1s).

Jesús mismo dijo : “En verdad, en verdad os digo: El que cree en mí, hará las obras que yo hago, y hará cosas mayores que éstas: porque yo voy al Padre” (Jn.14, 12). Nuestra colaboración es esencial Los Carismas del Espírito, concedidos a todos por ocasión del Bautismo e intensificados en la confirmación, también son llamados de dones del Espírito Santo.

Él nos capacita con estos dones para que sirvamos a la Iglesia de Cristo, a través de los hermanos(as). Los carismas son, por tanto, dones de poder para el servicio de la comunidad cristiana. Algunas condiciones para recibir y perseverar en la vida carismática: Simplicidad y pureza de corazón; perseverancia en la meditación de la Palabra de Dios; Vida de Oración; Deseo de servir a los hermanos como Jesús (Lc.22, 27); Constancia a la recepción de los dones espirituales (siempre abiertos para ser los canales de la acción de poder del Espírito en nosotros).

Nuestra colaboración es esencial. Dios no nos quiere como robots, actuando independiente, sin cooperar o de forma mecánica. Él respeta nuestra libertad y consentimiento. Si creemos, si asentimos a lo que el Señor quiere realizar en nosotros. María Santísima es el modelo de total apertura: “Hágase en mí, según Tu palabra” (Lc.1, 38).

Traducción: Marjori Small _ Bibliografía Consultada Bíblia Ave-Maria Estudo Bíblico Enchei-vos Carismas – Coleção Paulo Apóstolo O despertar dos Carismas Catecismo da Igreja Católica Christisfidelis Laice Como usar los carismas – Benigno Juanes Lumen Gentium _

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: Dones del Espíritu Santo: El don del discernimiento

¿Cómo se puede discernir?

Para discernir necesitas concentración en tu interior, concentración en ti mismo y silencio. Cállate y mira lo que tienes dentro. Oye las voces que están dentro. San Ignacio hace discernimiento cristiano y todo eso es en la presencia de Dios.

¿Qué quiere decir la palabra discernimiento?

Discernimiento – Wikipedia, la enciclopedia libre Discernimiento (es una o ), “juicio por cuyo medio” ​ o “por medio del cual percibimos y declaramos la diferencia que existe entre varias cosas” ​ de un mismo asunto o situación específica. “” o de distinguir: los elementos que están implicados en una cuestión, cómo se relacionan entre sí, cómo se afectan los unos con los otros y cómo cada uno de ellos incide en el,

¿Cómo saber si tengo el don de intercesión?

¿CUÁLES SON LAS EVIDENCIAS QUE MUESTRAN QUE UN CREYENTE TIENE EL DON O EL MINISTERIO DE INTERCESIÓN? OPERA FUERTEMENTE EN EL DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS. OBTIENE RESPUESTAS A sus ORACIONES MUY A MENUDO, MÁS QUE CUALQUIER OTRO CREYENTE.

¿Qué son los dones de revelación?

Revelación | Comunicación de Dios con Sus hijos en la Tierra La revelación es la comunicación de Dios con Sus hijos. Esta guía llega a través de varios medios según las necesidades y circunstancias de las personas, de las familias y de la Iglesia en general.

Cuando el Señor revela Su voluntad a la Iglesia, Él habla por intermedio de Su profeta. son las únicas personas que pueden recibir revelación para la Iglesia, pero no son los únicos que pueden recibir revelación. Según nuestra fidelidad, podemos recibir revelación para ayudarnos en nuestras necesidades, responsabilidades y preguntas personales específicas, así como para fortalecer nuestro,

Las Escrituras hablan de diferentes tipos de revelación, como visiones, sueños y visitas de ángeles. A través de esos medios, el Señor ha restaurado Su Evangelio en los últimos días y ha revelado muchas verdades. No obstante, la mayoría de las revelaciones que reciben los líderes y miembros de la Iglesia se produce mediante los susurros del Espíritu Santo.

Puede que estos apacibles susurros espirituales no parezcan tan espectaculares como las visiones o las visitas de ángeles, pero son igual de poderosos, duraderos e influyentes en nuestra vida. El testimonio del Espíritu Santo deja una impresión en el alma más significativa que ninguna otra cosa que podamos ver u oír.

Mediante tales revelaciones, recibiremos una fortaleza duradera para permanecer fieles al Evangelio y ayudar a los demás a hacer lo mismo. La preparación para recibir revelación Los siguientes consejos nos ayudan a prepararnos para recibir las impresiones del Espíritu Santo: Orar pidiendo guía.

  • El Señor dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
  • Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7–8).
  • A fin de hallar y recibir, debemos buscar y pedir.
  • Ser reverente.
  • La reverencia es una actitud de profundo respeto y amor.

Cuando somos reverentes y estamos serenos, preparamos el terreno para la revelación. Incluso cuando nos rodea la conmoción, podemos tener una actitud reverente y estar preparados para recibir la guía del Señor. Ser humilde. La humildad guarda una estrecha relación con la reverencia.

  1. Cuando somos humildes, reconocemos que dependemos del Señor.
  2. Guardar los mandamientos.
  3. Cuando guardamos los mandamientos, estamos preparados para recibir, reconocer y seguir las impresiones del Espíritu Santo.
  4. Tomar la Santa Cena dignamente.
  5. Las oraciones de la Santa Cena nos enseñan cómo disfrutar de la compañía constante del Santo Espíritu.

Cuando tomamos la Santa Cena, testificamos a Dios que estamos dispuestos a tomar el nombre de Su Hijo sobre nosotros y que siempre le recordaremos y guardaremos Sus mandamientos. Nuestro Padre Celestial promete que, si guardamos estos convenios, siempre tendremos el Espíritu con nosotros.

  • D. y C.20:77, 79).
  • Estudiar a diario las Escrituras.
  • A medida que estudiamos diligentemente las Escrituras, aprendemos de los ejemplos de hombres y mujeres que recibieron grandes bendiciones en su vida al seguir la voluntad revelada del Señor.
  • También nos volvemos más receptivos al Espíritu Santo en nuestra propia vida.

A medida que leemos y meditamos, podemos recibir revelación acerca de cómo se aplican ciertos pasajes de las Escrituras a nosotros o cualquier otra cuestión que el Señor desee comunicarnos. Dedicar tiempo para meditar. Cuando dedicamos tiempo para meditar las verdades del Evangelio, abrimos nuestra mente y corazón a la influencia orientadora del Espíritu Santo (véase 1 Nefi 11:1; D.

Y C.76:19; 138:1–11). El meditar aleja nuestros pensamientos de las cosas triviales del mundo, nos ayuda a adquirir una visión más eterna y nos acerca al Espíritu. Cuando buscamos guía para algo en particular, debemos estudiar el asunto en cuestión en nuestra mente. A veces, el Señor se comunicará con nosotros sólo una vez que hayamos estudiado el asunto en nuestra mente.

Buscar la voluntad del Dios con paciencia. Dios se revela “en su propio tiempo y a su propia manera, y de acuerdo con su propia voluntad” (véase D. y C.88:63–68). La revelación suele darse línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí.

  • Debemos tener paciencia y confiar en el tiempo del Señor.
  • Reconocer los susurros del Espíritu Santo En medio de todos los ruidos y mensajeros del mundo actual, debemos aprender a reconocer los susurros del Espíritu Santo.
  • A continuación indicamos las principales maneras en que el Espíritu Santo se comunica con nosotros: Habla a la mente y al corazón con una voz delicada y apacible.

El Señor enseñó: “Hablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo que vendrá sobre ti y morará en tu corazón. Ahora, he aquí, éste es el espíritu de revelación” (D. y C.8:2–3). Aunque este tipo de revelación puede ejercer un efecto intenso en nosotros, casi siempre se produce de una manera tranquila, como una “voz apacible y delicada” (véase 1 Reyes 19:9–12; Helamán 5:30; D.

Y C.85:6). Nos habla a través de nuestros sentimientos. Aunque a menudo describimos la comunicación del Espíritu como una voz, se trata más de una voz que sentimos que de una que escuchamos. Nos brinda paz. Al Espíritu Santo se le conoce a menudo como el Consolador (véase Juan 14:26; D. y C.39:6). Al revelarnos la voluntad del Señor, “hablará paz” a nuestra mente (D.

y C.6:23). Véase también Dones espirituales; Escrituras; Espíritu Santo; Fe; Oración; Reverencia —Véase Leales a la fe, 2004, págs.158–162 : Revelación | Comunicación de Dios con Sus hijos en la Tierra

¿Cuál es el objetivo del discernimiento?

La finalidad del discernimiento : detectar el origen de las mociones: cuáles provienen del Espíritu y cuáles no para seguir aquellas del Espíritu.

¿Qué significa la palabra discernir en la Biblia?

Discernimiento en la biblia La palabra discernimiento es la capacidad de realizar un juicio moral para diferenciar la verdad, el bien y el mal a través de la Sagrada Escritura.

¿Cómo discernir el llamado de Dios?

EL LLAMADO EXTERNO – Aunque el llamado interno es muy importante, no es la única parte al discernir el llamado de Dios. Incluso una cuidadosa autoevaluación tiene sus puntos ciegos. Por esta razón, el sentido subjetivo del llamado se confirma mejor por medio de una afirmación externa.

  1. En el caso del ministerio del evangelio, esto sería una confirmación del llamado del aspirante por el cuerpo de Cristo.
  2. Ya que Cristo no da dones a un hombre sin la oportunidad de ejercerlos.
  3. Los dones de un hombre pueden ser evaluados y estimulados por la iglesia.
  4. La mejor ayuda para determinar si eres llamado al ministerio es que sirvas a Dios en el presente, y por medio de la evaluación de tal servicio, poner a prueba tus dones.
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De hecho, en la mayoría de los casos, el llamado al ministerio viene mientras se sirve a la iglesia. La presencia de dones para el ministerio en un hombre lo marcará ante el pueblo de Dios como alguien que es llamado al ministerio, porque todos los dones que tiene son para ser usados en el cuerpo y tales dones son dignos de ser honrados por la iglesia.

No debemos pensar en cosas como la necesidad de recomendaciones personales, exámenes de ordenación, o la elección de una congregación como si fueran necesidades burocráticas. Más bien, estas son manifestaciones de la importante validación del llamado externo. Una persona no es completamente soberana sobre su llamado, especialmente el llamado al ministerio del evangelio.

Que los demás afirmen esos dones es vital para determinar si se debe buscar una vocación. Si a un hombre se le han dado oportunidades para ejercer y probar sus dones para el ministerio, y si esas pruebas han sido recibidas con el estímulo y la aprobación de otros en la iglesia, ¿Cuánta más confianza tendrá el hombre en su llamado? Si el hombre ha sido examinado por aquellos a quienes ya se les ha encomendado el ministerio del evangelio, y los exámenes muestran que está calificado en carácter y dones, eso es una bendición.

  • Al mismo tiempo, si el hombre recibe advertencias de sus hermanos cristianos de que no parece estar bien preparado para el ministerio, y no es capaz completar los exámenes satisfactoriamente, entonces debe detenerse y hacer un balance de su deseo por el ministerio vocacional.
  • Puede muy bien ser la misericordia de Dios que le protege del potencial dolor, sufrimiento y fracaso.

Este llamado externo se extiende más allá del ministerio hacia otras vocaciones. Está bien establecido que, para aspirar a muchas ocupaciones, la persona debe recibir aprobación externa, los médicos deben aprobar los exámenes de la junta médica, los abogados deben aprobar los exámenes del colegio de abogados, y así los arquitectos, ingenieros y técnicos todos tienen que aprobar requisitos de licencias y certificación.

  1. Estos exámenes y certificaciones sirven, en efecto, para prevenir a los no calificados de tales profesiones, pero también ayudan a ratificar las habilidades y dones de las personas.
  2. Recuerdo que hace muchos años aprobé el examen del colegio de abogados del estado, esto me animó a que realmente podía ser un abogado.

Esa reafirmación fue de mucha ayuda en los meses y años que siguieron, durante los días largos y los proyectos exigentes. El que debía ejercer esa vocación no solo era una idea en mi cabeza sino que los expertos en este campo también creían que yo tenía las habilidades necesarias para tener éxito.

¿Cuál es el primer don del Espíritu Santo?

Pasajes adicionales de las Escrituras –

1 Corintios 3:16–17 ; D. y C.130:22–23 (el Espíritu Santo mora con los fieles). Hechos 19:1–7 (el don del Espíritu Santo se otorgó en la antigüedad). Moroni 8:25–26 (cómo recibir al Espíritu Santo). Moroni 10:5 (el Espíritu Santo es un testigo de la verdad). Mosíah 5:2 (el Espíritu Santo cambia el corazón de la gente). Alma 5:54 (el Espíritu Santo santifica).

¿Cuál es la importancia del discernimiento en la vida?

Siendo la vocación confluencia de llamada divina y respuesta humana, es necesario un proceso de discernimiento, o sea, de separación, selección, interpretación y juicio que comporta “un análisis de la realidad (interna o externa) y su valoración en orden a tomar decisiones operativas”, por las que se tienda a poner por obra un proyecto, descubriéndolo a su vez inserto en la voluntad de Dios para la propia vida. emoción pensamiento juicio decisión y acción, Así mismo están involucrados los signos y hechos que tienen lugar mediante la comunidad. Esto sugiere que no hay un inicio vacío pues la percepción implica la organización, a partir de datos exteriores e interiores, de experiencias precedentes que luego la memoria afectiva carga con emociones, proporcionándoles una significación histórica,

  • Con similitudes, El Papa Francisco lo ha propuesto según tres acciones claves: reconocer, interpretar y elegir,
  • Con la primera refiere a lo producido en la interioridad a partir de los acontecimientos, las personas, las palabras, etc, dejando aflorar la riqueza emotiva; se sitúa en su centro la capacidad de escuchar y la afectividad de la persona.

Por su parte, la segunda consiste en la comprensión de aquello a lo que el Espíritu está llamando mediante lo suscitado, iluminando con la Palabra de Dios y la moral cristiana, siendo conveniente una ayuda respecto a la Escucha del Espíritu, La tercera es el acto de decidir como ejercicio de la libertad y responsabilidad personal, dando fruto en la coherencia.

En esta dinámica, se ha de pasar, “en primer lugar, por constatar una y otra vez esos sentimientos, por ser capaz de orar desde ellos al Señor que parece estar llamando”, En base a ello se interpreta y analiza el sentido y validez de lo que se siente, a la vez que se pondera, en perspectiva creyente, las ventajas y desventajas de un proyecto que compromete la vida, jerarquizando valores según el Evangelio.

Se origina una elaboración racional con razones espirituales en vistas a “la emisión de un juicio sobre el significado de la experiencia, sobre su origen en una moción divina y sobre la conveniencia o no de asumir tal proyecto” para actuar en consecuencia.

El discernimiento, en vinculación con la vocación, es un camino en el que el hombre creyente, con su racionalidad, es protagonista a la luz del Espíritu que dirige a los hijos de Dios, cuya voz resuena en su conciencia y le conduce “a descubrir las exigencias concretas del amor de Dios y del prójimo”, antecediendo un descubrimiento que se denomina fundamental: el de la amistad con Jesús, lo primero que Él quiere de cada joven,

Pbro. Luis Antonio García Thomas García L., Discernir la Llamada, p.25. Cfr. Ibíd., p.35. Cfr. Rulla L., Antropología de la Vocación Cristiana: 1. Bases interdisciplinares, p.313: “Esta actividad comporta toda una gama de resonancias emotivas propias de la valoración emotiva y reflexiva ().

  • Tendremos emociones positivas o negativas en relación al mundo divino, y por tanto, movimientos que llevan a la alegría, satisfacción, entusiasmo o a la repulsión, resistencia, distancia.” Cfr.
  • García L., Discernir la llamada, p.29.
  • También Hernández V., “Condiciones para la pastoral vocacional” en Rubio L.

(dir.), Diccionario de Pastoral Vocacional, p.246: “los cristianos sabemos que Dios no llama de forma directa, sino a través de mediaciones”. García L., Discernir la llamada, pp.29-30. Ibíd., 30-31. Cfr. Morata, A.; Zueco, V.; Comendador, J. y Lavaniegos, E.

(Ed.), Curso básico de pastoral vocacional: manual para una iniciación en la pastoral vocacional, pp.22-23 Cfr. Rm 8, 14 Cfr. Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Gaudium et Spes, 16: “La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios” Castillo J., El discernimiento cristiano: por una conciencia crítica, 82 Cfr.

Francisco, Exhortación Apostólica Postsinodal Christus Vivit : sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, 250 en http://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20190325_christus-vivit.html (consultado el 16 de marzo de 2020)

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¿Qué dice Hebreos 5 14?

Capítulo 5 Para que un hombre posea el sacerdocio, debe ser llamado de Dios como lo fue Aarón — Cristo fue sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec — Jesucristo es el Autor de la salvación eterna.1 Porque todo sumo sacerdote, tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que atañe a Dios, para presentar ofrendas y a sacrificios por los pecados, 2 y puede a compadecerse de los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de flaquezas; 3 y por causa de ellas debe, tanto por sí mismo como también por el pueblo, presentar ofrendas por los pecados.4 Y nadie toma para sí esta a honra, sino el que es b llamado por Dios, como lo fue c Aarón,5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.6 Como también dice en otro lugar: Tú eres a sacerdote para siempre, según el orden de b Melquisedec,7 El que en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.8 Y aunque era Hijo, por lo que a padeció aprendió la b obediencia ; 9 y habiendo sido a perfeccionado, vino a ser el autor de eterna b salvación para todos los que le obedecen; 10 a nombrado por Dios b sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.11 De quien tenemos mucho que decir, y a es difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho lentos para b oír,12 Porque debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros principios de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de a leche, y no de alimento sólido.13 Porque todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de la a justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

¿Qué dice Juan 16 13?

1 Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo.2 Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os a mate pensará que rinde servicio a Dios.3 Y os harán esto porque no a han conocido ni al Padre ni a mí.4 Pero os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho.

Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.5 Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? 6 Antes bien, porque os he dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazón.7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si yo no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si yo me voy, os lo enviaré.8 Y cuando él venga, reprenderá al mundo acerca del pecado, y de la justicia y del juicio.9 Acerca del pecado, por cuanto no creen en mí; 10 y acerca de la justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y acerca del juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado.12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora a no las podéis sobrellevar.13 Pero cuando venga el a Espíritu de verdad, él os b guiará a toda la c verdad ; porque no hablará por sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga y os d hará saber las cosas que han de venir.14 Él me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber.15 Todo a lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío y os lo hará saber.16 Un poquito más, y no me veréis; y de nuevo un poquito, y a me veréis, porque yo voy al Padre.17 Entonces algunos de sus discípulos se decían unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Un poquito más, y no me veréis; y de nuevo un poquito, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? 18 Decían pues: ¿Qué es esto que dice: Un poquito más? No entendemos lo que habla.19 Y Jesús entendió que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros de esto que dije: Un poquito más, y no me veréis, y de nuevo un poquito, y me veréis? 20 De cierto, de cierto os digo que vosotros lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará; y aunque vosotros estaréis tristes, vuestra tristeza se convertirá en a gozo,21 La mujer, cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.22 También vosotros ahora ciertamente tenéis tristeza; pero os veré otra vez, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.23 Y en aquel día no me a preguntaréis b nada,

De cierto, de cierto os digo que todo cuanto c pidáis al Padre en mi nombre, os lo dará.24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.25 Estas cosas os he hablado en parábolas; la hora viene cuando ya no os hablaré en parábolas, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre.26 En aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, 27 pues el Padre mismo a os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis b creído que yo salí de Dios.28 a Salí del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre.29 Le dijeron sus discípulos: He aquí, ahora hablas claramente, y ninguna parábola dices.30 Ahora entendemos que a sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.31 Jesús les respondió: ¿Ahora creéis? 32 He aquí, la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno a lo suyo y me dejaréis solo; pero no estoy a solo, porque el Padre está conmigo.33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis a paz,